Concurso de Cante Jondo (Granada, 1922), promovido por Federico García Lorca, Ignacio Zuloaga y Manuel de Falla.

Dedicaremos esta entrada a uno de los más apreciados escritores del siglo xx y que pertenece al contexto de la Generación del 27. Hablamos de Federico García Lorca.

Lorca nace en Fuente Vaqueros (Granada) el 5 de junio del año 1898. El mismo año en que España pierde sus colonias. A los 11 años de edad, junto a su familia, el autor se establece en la ciudad de Granada, dejando atrás el ambiente rural que le acompañó durante toda su niñez.

Este ambiente de campo que conoce bien el escritor jugará un papel fundamental en sus creaciones literarias, sobre todo en sus poemas y dramas. Fue sabido por todos que el traslado que realiza Lorca años más tarde a la ciudad le afecta profundamente y le hace experimentar una sensación de ruptura con su pasado en el campo.

A los 16 años, en el otoño de 1914, se matricula en la Universidad de Granada en un curso que le permitiría acceder a la carrera de Filosofía y Letras, así como a la de Derecho. Allí, paradójicamente, fue conocido por sus compañeros como músico, no como escritor, pues sus primeras inquietudes artísticas descansaron sobre todo en la música. Lorca, aunque fascinado desde niño por el teatro, estudia piano y toca los repertorios de Beethoven, Chopin, Debussy, entre otros. Pero a los 18 años el autor ya se siente sumergido en la poesía, interés que desarrolló a partir de los viajes realizados a otros lugares de España.

Entre los 18 y 19 años de edad redacta un largo ensayo autobiográfico donde deja plasmado cuánto le evocaba ese “pueblo rodeado de chopos que se ríen”, Fuente Vaqueros, su tierra natal. En una ocasión Lorca llega a afirmar que “sus más lejanos recuerdos de niño tienen sabor a tierra, que se siente ligado en todas sus emociones a ella, y que de lo contrario nunca hubiese podido escribir bodas de sangre”.

Finalmente, se traslada a Madrid, después de que Fernando de los Ríos, pensador socialista y humanista, interviniese ante sus padres para que Lorca pudiese continuar sus estudios en la Residencia de Estudiantes, considerada como “un hogar espiritual donde se fragüe y depure, en corazones jóvenes, el sentimiento profundo de amor a la España que se está haciendo, a la que dentro de poco tendremos que hacer con nuestras manos”, según Alberto Jiménez Fraud, entonces director de la institución.

Esta representó un lugar de encuentro entre la cultura extranjera y la española, por la Residencia de Estudiantes pasaron muchos artistas debido a la enérgica actividad política y cultural de Jiménez Fraud. Para el autor supuso un verdadero cultivo de arte, de filosofía y de cultura en general. Allí entabló amistad con Luis Buñuel, Rafael Alberti, Salvador Dalí, Eduardo Marquina y Juan Ramón Gómez de la Serna, quien en una ocasión, refiriéndose a Lorca expresó: “me parece que tiene un gran temperamento y la virtud esencial, a mi juicio, en arte y entusiasmo».

Lorca vuelve a Granada en 1921 a la edad de 23 años, no sin antes fracasar en su estreno de “El maleficio de la mariposa”, escribir otras piezas teatrales, publicar su “Libro de poemas” y otros tantos en revistas de prestigio en Madrid, y con ayuda de Juan Ramón, con quien mantuvo una duradera amistad, influyendo en la visión del quehacer poético del escritor.

Una vez en Granada conoce a Manuel de Falla y forma parte del grupo “El rinconcillo”, una tertulia que tenía lugar en el café Alameda de la plaza del Campillo. Amigos e intelectuales granadinos se reunían allí y tocaban el piano e instrumentos de cuerda, en un rincón donde cabían dos o tres mesas con confortables divanes contra la pared, según describiría José Mora Guarnido.

Los proyectos de los integrantes de “El rinconcillo” apenas trascendieron, a excepción del primer «Concurso de Cante Jondo», celebrado en junio de 1922. Un concurso que, promovido por Manuel de Falla, el propio Lorca e Ignacio Zuloaga, entrañaba varios objetivos. El fundamental era marcar la diferencia entre el cante jondo y el cante flamenco, además, que se le reconociera como arte al primero y se le protegiera de la adulteración musical, de la ópera flamenca y los cafés cantantes.

Este concurso, apoyado por el Ayuntamiento de Granada, era un intento de conectar el arte musical de Andalucía con el arte universal, “de lo local a lo universal”, como indicaría la fórmula estética de Manuel de Falla y que tanto fascinaba a Lorca. Así, en su segundo libro de versos «Poema del cante jondo» el escritor, apoyado de una secuencia de poemas cortos, se inspirará en este tema describiéndolo como “la complejidad de los más altos momentos sentimentales en la vida del hombre”.

Recordemos, por otra parte, que el autor rescata la estética de la poesía barroca de Luis de Góngora, dejando huella de la misma en algunos de sus romances gitanos. También, que la celebración del tricentenario de este autor barroco que llevaron a cabo los poetas amigos de Lorca, y que luego pertenecerían a la nómina de la Generación del 27, se celebró no solo para dar una visión nueva de Góngora, sino también para impulsar un novedoso enfoque de la literatura española. Un enfoque diferente al realismo y vulgarismo asociados a las letras españolas de la época, planteado a través de la corriente de aristocrático idealismo presente en Góngora y en sus contemporáneos. En 1927, Lorca llega de este modo a su madurez como poeta, interesado por el arte pasado y formando parte de una generación actual de escritores.

En 1928 el autor atravesará una crisis a raíz de la publicación del primer «Romancero gitano». Descontento que debió agravarse a causa de las críticas recibidas de Dalí y de Luis Buñuel. Dalí describe la poesía de Lorca en una carta enviada al autor como «una poesía divorciada de la antigua, incapaz de emocionar y marcada por el costumbrismo, moviéndose dentro de lugares estereotipados y conformistas». En otra carta dirigida a Jorge Guillén, Lorca expresaba este descontento con relación a esa imagen pública que él venía adquiriendo ya desde 1927:

Me va molestando un poco mi mito de gitanería. Los gitanos son un tema. Y nada más. Yo podía ser lo mismo poeta de agujas de coser o de paisajes hidráulicos. Además, el gitanismo me da un tono de incultura, de falta de educación y de poeta salvaje que tú sabes bien no soy. No quiero que me encasillen. Siento que me va echando cadenas.

En este mismo año, 1928, Lorca intentará estrenar su obra “Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín”, pero el régimen de Primo de Rivera frustrará el deseo del autor. Un año más tarde, parte a New York con Fernando de los Ríos.

Su viaje a esta ciudad resultará ser el catalizador para un cambio de visión de sí mismo y de su obra. Escribe durante su estancia uno de sus libros más importantes y que no se publicará hasta cuatro años después de su muerte, “Poeta en Nueva York”. Una visión trágica de la soledad y la angustia del hombre moderno. Escribe también su mayor creación en teatro según la crítica, “Así que pasen cinco años”, resultado de un ambicioso proyecto de “crear un teatro nuevo, avanzado en formas y teoría”.

En 1930 viaja a Cuba y la isla le brinda una sensación de libertad que no parecía existir durante su estancia en New York, ciudad caracterizada por el bullicio y la multitud. Experimenta en Cuba la música y el folklore, trabaja en su drama “El público”, visita el Teatro Alhambra donde se representaban espectáculos satíricos y conoce a Dulce María Loynaz, una de las principales figuras de la lírica cubana y universal.

Al volver a España Lorca se siente completamente renovado, y esta renovación se hace visible a través de su obra. Empieza a participar en varios proyectos culturales donde tiene la oportunidad de leer los poemas escritos en New York y de hablar del cante jondo. Pero su mayor aportación en la época fue la creación del grupo teatral universitario “La barraca” en 1931, una idea que surge para salvar al teatro español y así poder ponerlo al alcance del pueblo.

Un año más tarde, en 1932, Lorca comienza su andadura como director de escena y dramaturgo, llevando a las tablas obras de Lope de Vega, Cervantes, Calderón de la Barca y otros clásicos del teatro. Muchas de estas obras las representa en el campo, para un público que él definió de “camisa esparto frente a Hamlet, las obras de Esquilo y frente a todo lo grande”, convencido de que lo burgués estaba echando abajo el auténtico teatro español.

De este modo, viaja por muchos pueblos de España y a países como Uruguay, donde comienza a escribir “Yerma” y conoce a Pablo Neruda, y a Argentina, donde estrena “Bodas de sangre”, “Mariana Pineda”, “La zapatera prodigiosa”, “Retablillo de Don Cristóbal” y la adaptación de la “Dama boba” de Lope de Vega.

El éxito que tiene como dramaturgo a partir de su viaje a Argentina por fin le brinda la independencia económica. En 1934 el autor regresa a España con 36 años de edad. Revisa libros ya escritos y termina “Yerma”, “Doña Rosita la soltera” y “La casa de Bernarda Alba”. Experimenta con el teatro de muñecos para caer en la farsa violenta, en lo grotesco y lo lírico al mismo tiempo, es decir, la tragedia.

Lorca reclamó con su obra una vuelta a la tragedia y al teatro con contenidos sociales, polémicos y vigentes. Insistió en la responsabilidad social del artista, se entregó a la creación poética y defendió su visión del teatro de “acción social”. Un teatro como uno de los instrumentos más útiles para la educación de una nación.

Para el año 1936 en España la situación política se había vuelto insostenible, a causa de actos de violencia y asesinatos políticos. Las numerosas declaraciones de Lorca sobre la injusticia social lo convirtieron en una persona non grata para la derecha. El autor intuye que el país está al borde de la guerra y viaja a Granada para reunirse con su familia en la Huerta de San Vicente. Pero unos días después, en busca de protección, decide irse a casa de la familia de Luis Rosales, poeta y destacado falangista. En agosto de 1936 Lorca es detenido y unos días después es asesinado junto a otro prisionero, víctima del régimen de Francisco Franco.

¡Si te ha gustado no olvides suscribirte a nuestra newsletter o compartir!

Pin It on Pinterest